Trabajo como manager artístico en Los Ángeles y cada año viajo a España para asistir al Festival de Cine de San Sebastián. Y, aunque estoy acostumbrado a los cambios de última hora, cuando mi vuelo se desvió a Bilbao debido al intenso tráfico aéreo en San Sebastián, me mentalicé para un traslado incómodo una vez aterrizara. Para mi sorpresa y alivio, Josu, el chofer que mi agencia había contratado, se había anticipado a esta posibilidad y ya me estaba esperando en Bilbao cuando el avión aterrizó.

Tras pasar el control de aduanas, Josu me dio la bienvenida y se encargó de todo con una notable eficacia. En cuestión de minutos, me encontré cómodamente instalado en el vehículo y rumbo a San Sebastián. Su previsión había sido, sin duda, de gran ayuda.
Una vez en la ciudad, Josu demostró estar siempre un paso por delante. Para empezar, se aseguró de reconfirmar todas mis reservas en los diferentes restaurantes que figuraban en mi agenda, algo nada sencillo con la ciudad abarrotada debido al festival. Sin embargo, lo que más me impresionó fue su gestión del siempre impredecible clima vasco.
Sabiendo que tenía que asistir a varios eventos en la alfombra roja del Kursaal, siempre llevaba un gran paraguas en el coche y me acompañaba desde la puerta del hotel hasta el vehículo y de ahí hasta la entrada del recinto, para asegurarse de que la incesante llovizna no estropeara mi traje. Su atención a estos pequeños detalles logró que luciera siempre un aspecto impecable.
Al final de mi viaje, cuando me llevó de vuelta al aeropuerto de San Sebastián, me di cuenta de hasta qué punto su apoyo había mejorado mi experiencia. El Festival Internacional de Cine es un acontecimiento muy intenso, pero gracias a Josu todo salió a la perfección. Su dedicación y profesionalidad marcaron la diferencia.

«Un servicio excepcional consiste en anticiparse a las necesidades antes de que surjan, garantizando que cada viaje sea perfecto, sin importar los imprevistos».