Después de asistir a un intenso congreso de viajes corporativos en Santiago de Chile, me encontré con tres compañeros con un día libre antes de regresar a Los Ángeles. Fue entonces cuando Alfonso, quien había sido nuestro chofer durante todo el evento, nos sorprendió con una atractiva sugerencia: realizar una excursión al valle del Maipo, famoso por sus paisajes espectaculares y sus prestigiosos vinos. La idea no pudo ser más acertada.
A primera hora de la mañana, Alfonso nos recogió en nuestro hotel y, desde el inicio, demostró una profesionalidad y conocimiento impecables que facilitaron enormemente nuestra experiencia. Nos llevó a algunos de los viñedos más destacados del valle, donde disfrutamos de visitas privadas, vistas inigualables de los Andes y exclusivas catas de vino. El mejor momento fue un pícnic gourmet entre viñedos, donde saboreamos exquisitos platos locales perfectamente maridados con los mejores vinos de la región. Cada detalle había sido cuidadosamente planificado, mostrando el compromiso de Alfonso por ofrecer una experiencia inolvidable.
Durante toda la jornada, Alfonso compartió interesantes historias y datos sobre la cultura vinícola chilena. Su profundo conocimiento de la zona nos permitió acceder a experiencias únicas que nunca habríamos descubierto por nuestra cuenta. Al regresar al hotel al final del día, todos coincidimos en que este tour había sido el inesperado broche de oro de nuestro viaje a Chile.
A la mañana siguiente, Alfonso nos acompañó al aeropuerto, asegurándose de que llegáramos con tiempo suficiente para nuestro vuelo. Su esmerada atención y dedicación, tanto durante el congreso como en nuestra jornada de ocio, hicieron que nuestra estancia en Santiago fuera inolvidable.
«Ya sea por un viaje de negocios o de placer, mi objetivo es ofrecer a los pasajeros un servicio de confianza y para recordar».