Trabajo como especialista en logística aeroportuaria y, el pasado otoño, viajé junto a otros tres compañeros desde Houston para participar en un proyecto en el aeropuerto El Dorado de Bogotá. Nuestro objetivo era inspeccionar y optimizar el sistema de cintas transportadoras de equipaje. Debido a la complejidad de nuestra labor, necesitábamos entender a fondo las operaciones locales, y de forma inesperada, nuestro chofer Juan Diego se convirtió en el aliado perfecto.

Cada día, Juan Diego nos trasladaba entre el aeropuerto y nuestro hotel en la ciudad. Pero, aparte de ser un conductor hábil, su conocimiento del tráfico de Bogotá y del flujo de pasajeros en El Dorado resultó ser de gran valor. Gracias a su experiencia, nos proporcionó una perspectiva única sobre la logística del aeropuerto, ayudándonos a entender mejor el funcionamiento global de sus instalaciones. Su aportación fue muy importante para alcanzar nuestras conclusiones finales.
Además, por las tardes, Juan Diego se transformaba en nuestro improvisado guía turístico. Nos recomendaba lugares para visitar que nos permitieron conocer Bogotá más allá del ámbito profesional. Gracias a sus sugerencias, disfrutamos de excelentes restaurantes locales y visitamos puntos emblemáticos de la ciudad. Lo que inicialmente parecía un viaje puramente laboral se convirtió en una bonita y enriquecedora experiencia.
Al finalizar la semana, la profesionalidad, el conocimiento y la hospitalidad de Juan Diego marcaron una gran diferencia. Le estuvimos muy agradecidos por su dedicación.

«Mi objetivo es ofrecer un transporte fluido mientras ayudo a mis pasajeros a conectar con la oferta cultural única de Bogotá».