Mi vuelo se retrasó y aterricé en el Aeropuerto Internacional de Washington con más de una hora de retraso. A pesar de no tener compromisos urgentes hasta el día siguiente, no pude evitar preguntarme por el traslado que tenía contratado. Supuse que en el tiempo que tardaría en recoger mi equipaje y pasar el control de seguridad, mi chofer ya se habría marchado, pero me equivoqué. Gilberto estaba allí de pie, sosteniendo un cartel con mi nombre.
Tomó mi equipaje de mano y, mientras me acompañaba a su Chevrolet Suburban, le expresé mi sorpresa al comprobar que me había esperado. Gilberto me tranquilizó con una sonrisa y me explicó que en ningún caso se habría marchado. Solo habría abandonado el aeropuerto tras estar completamente seguro de que yo ya no estaba allí y haber recibido además confirmación por parte de la agencia. Le agradecí su honestidad y dedicación.
El coche estaba impecable. Mientras nos desplazábamos por las calles de Washington, sentí que me relajaba por momentos, un cambio agradable después de mi largo vuelo, y al que contribuyeron las calles anchas y ordenadas de la ciudad.
Al llegar al hotel, Gilberto reconfirmó conmigo la hora de recogida para el día siguiente. También repasó que mi agenda no hubiera sufrido ningún cambio de última hora. Antes de despedirse, mencionó que tenía previsto recorrer la ruta por la tarde en una comprobación rutinaria. Se aseguraba así de que no nos íbamos a encontrar con ningún imprevisto al día siguiente.
Por la mañana, puntual, Gilberto me recogió. El vehículo llevaba agua fresca, gesto que agradecí, y mis reuniones se desarrollaron sin contratiempos. Al acabar, me llevó de vuelta al aeropuerto, siempre comportándose de un modo respetuoso y tranquilo. No pude evitar pensar cuánto se parecía mi chofer a la misma ciudad de Washington: sereno, atento, y seguro.
Me marché con una sonrisa, esperando volver a encontrarme con Gilberto en alguno de mis futuros viajes a Washington D.C.
«Cada viaje debe proporcionar comodidad y fiabilidad. Desde que el pasajero aterriza hasta que se marcha, mi meta consiste en proporcionar atención, comodidad y fiabilidad, y que la estancia en la ciudad sea memorable».