A los dos días de llegar a Zúrich para mi tratamiento conocimos a Alexios, nuestro chofer, cuya discreción y capacidad para resolver problemas se pusieron rápidamente de manifiesto. Al volante de una espaciosa Mercedes-Benz Clase V negra, nos proporcionó transporte, comodidad y apoyo a mi familia y a mí durante tan significativos momentos.
Mientras yo asistía con confianza a las sesiones en la Klinik Hirslanden, Alexios se encargaba de que mi familia conociera la belleza de Suiza. Se ocupó de que exploraran Lucerna, lo cual me brindó valiosos momentos de paz al saber que estaban descubriendo nuevos y alegres lugares bajo su atenta mirada.

La silenciosa presencia de Alexios nos aportó fortaleza. Manejó cada detalle con precisión, desde la gestión de mis inquietos hijos hasta las perfectas rutas panorámicas de Suiza. Su naturaleza reflexiva fue sin duda lo que le llevó a sugerir celebrar la satisfactoria conclusión de mi tratamiento con una escapada a Grindelwald e Interlaken.
Nuestro viaje a Zúrich alcanzó altas cotas de serenidad gracias a la dedicación de Alexios. Pudimos encontrar momentos de alegría en medio de un capítulo crucial de nuestras vidas. Su papel fue más allá del de un simple conductor, y se convirtió en parte de nuestra historia, aportando importantes momentos de apoyo e introversión.

«Además de llevar a los pasajeros de un punto a otro, como realmente disfruto es yendo un paso más allá, y adaptando nuestro servicio a las distintas culturas. Eso hace que este trabajo sea especial».