Había conocido a Marija dos años atrás en Budapest. Nuestro casual encuentro en el Hotel Boscolo se convirtió en un romance que finalmente la llevó a mudarse a Barcelona conmigo. Ahora, yo tenía preparada una sorpresa, en la misma ciudad donde empezó todo.
Reservé vuelos a Budapest y una suite en el Boscolo para nuestro nostálgico regreso. Decidí añadir un toque especial al viaje y contraté a un chofer privado, George, que nos recogió en el aeropuerto con un lujoso Mercedes Clase S. Antes de llegar, le había pedido que pusiera un acondicionador con olor de jazmín, el favorito de Marija, dentro del coche. Cuando entramos en el perfumado vehículo y ella captó el olor, su cara se iluminó.
George nos llevó al hotel y esperó mientras hacíamos el check in y descansábamos un poco. Luego nos embarcamos en nuestro particular tour privado por Budapest, cogidos de la mano mientras admirábamos la ciudad desde la comodidad del asiento trasero del Mercedes. Nos maravillamos ante lugares tan emblemáticos como el Parlamento, la avenida Andrássy, o la basílica de San Esteban.
Para comer, George había reservado mesa en el restaurante Caviar&Bull, donde disfrutamos de una deliciosa comida. Después nos llevó al Castillo de Buda y al Bastión de los Pescadores. Las vistas panorámicas del Danubio eran impresionantes. Me encontraba en el escenario perfecto para revelar mi sorpresa.
Antes de salir de Barcelona le había encomendado a George una importante misión: recoger un anillo de compromiso que había encargado en la joyería Baraka Diamond. Cuando llegamos al Bastión de los Pescadores, George me entregó discretamente el anillo. Y ante tan espectacular escenario, le propuse matrimonio a Marija. Mi corazón se desbordó cuando ella dijo: «Sí, quiero».
Nuestro fin de semana en Budapest fue inolvidable. Una vez finalizado, cuando George nos dejó en el aeropuerto, le agradecí su ayuda y complicidad para lograr que nuestro viaje hubiera sido tan mágico. Había sido algo más que un regreso a Budapest: el inicio de una nueva vida para Marija y para mí.
«Como chofer, me genera una inmensa satisfacción ofrecer experiencias inolvidables para mis pasajeros; ayudar a crear viajes memorables, repletos de amor y recuerdos entrañables».