Todos los años disfruto de una escapada con mis amigos de mi época universitaria. El invierno pasado volamos juntos a Suiza para disfrutar de un fin de semana de esquí y compañerismo. Pedro nos recibió en el aeropuerto de Ginebra, donde su impresionante monovolumen Mercedes nos acomodó sin problemas a los cuatro y a nuestro voluminoso equipo de esquí, en anticipación del extraordinario fin de semana que nos esperaba.
Pedro nos condujo a Megève, donde se encargó de trasladarnos del hotel a la estación de esquí y viceversa. El tiempo pasó volando entre risas y buena compañía, y en un suspiro nos encontramos de vuelta en Ginebra, listos para comer en la popular Hamburger Foundation antes de nuestro último trayecto hasta el aeropuerto.
Entonces, el conserje del hotel Four Seasons de Megève me llamó para decirme que me había olvidado el pasaporte en la habitación. Sin embargo, la rapidez y buena disposición de Pedro me tranquilizaron. Sin dudarlo, se ofreció voluntario para ir a recoger mi documentación mientras nosotros saboreábamos nuestras deliciosas hamburguesas.
Fiel a su palabra, Pedro regresó antes de que llegaran los postres, con el pasaporte a buen recaudo. Me sentí muy agradecido por su rapidez y por el inestimable papel que desempeñó para conseguir que nuestra escapada fuera memorable y sin ningún contratiempo.
Cuando despegó nuestro avión y nos despedimos al fin de Suiza, no pude evitar comentar con mis compañeros la importancia de la confianza y la fiabilidad para crear experiencias inolvidables, y el papel clave que Pedro había desempeñado durante nuestras vacaciones.
«Crear viajes memorables es una cuestión de confianza y atención. Formar parte de esos entrañables momentos es lo que realmente me satisface. Gracias por permitirme formar parte de su viaje».