Nuestra familia llevaba tiempo planeando un viaje a la Ciudad de México, y estábamos todos ansiosos por explorar sus maravillas y rincones ocultos. Con dos niños pequeños a cuestas, sentía algo de curiosidad acerca de cómo nos las arreglaríamos para movernos por la ciudad, pero esas preocupaciones se desvanecieron en cuanto conocimos a nuestro chofer, Diego, en el aeropuerto.
Desde el momento en que salimos de la terminal, Diego nos recibió con una cálida sonrisa y una actitud tranquila y profesional. Había equipado el coche con alzadores para los niños e incluso algunos aperitivos para que se sintieran a gusto y como en casa. Como padres, no pasamos por alto esos pequeños detalles, y en verdad apreciamos cómo Diego estaba preparado para cualquier eventualidad.

Durante los días siguientes, Diego se convirtió en algo más que un simple chofer: se convirtió en un guía de confianza. Conocía las mejores rutas para evitar el tráfico y nos llevó a lugares familiares como el Parque de Chapultepec y Xochimilco. En cada destino, nos ofreció útiles consejos que nos ayudaron a aprovechar al máximo nuestro tiempo juntos.
Lo que más aprecié fue lo relajada y agradable que fue nuestra experiencia. La puntualidad y atención de Diego nos permitió concentrarnos en crear recuerdos familiares. Cuando salimos hacia el aeropuerto al final de nuestro viaje, los niños ya preguntaban cuándo volveríamos, y yo le agradecí a Diego su inestimable ayuda durante nuestras vacaciones en Ciudad de México.

«Mi objetivo es que los visitantes disfruten de lo mejor de Ciudad de México de una manera fácil y cómoda. Yo me encargo de todo, para que puedan centrarse en lo realmente importante».