Hace dos años, asistí a una conferencia de alto nivel sobre banca privada en Cancún junto a dos colegas. Volábamos desde Nueva York y, a pesar del tiempo soleado y del paisaje paradisíaco, teníamos una agenda muy apretada y apenas tiempo para ocio. Cuando llegamos al aeropuerto, nos recibió Anarbel, que conducía un cómodo y amplio vehículo. Con su impecable puntualidad siempre llegábamos a nuestras reuniones y eventos de networking a tiempo.

Durante todo el viaje, la experiencia de Anarbel en Cancún resultó inestimable. Conducía con destreza por la ciudad y se aseguraba de evitar las calles más complicadas para el tráfico, lo que nos proporcionaba tiempo de sobra para preparar nuestras exposiciones y estar al día con otros detalles importantes. Su profesionalidad resultó excepcional; siempre actuaba de una manera discreta y estaba dispuesto a ayudarnos en todo lo que necesitáramos.
Al final de cada jornada, durante el trayecto de vuelta al hotel, Anarbel se encargaba de que el viaje fuera cómodo y sin contratiempos. El día de nuestra partida, incluso tomó una ruta alternativa hasta uno de los mercados locales de Cancún cuando uno de mis colegas mencionó que necesitaba comprar un regalo para un cliente.
Solo puedo decir que, gracias al impecable servicio de Anarbel, nuestra estancia en Cancún resultó productiva y sin contratiempos.

«Cada momento es importante para los viajeros de negocios. Me focalizo en garantizar que cada viaje sea eficiente y cómodo, y así mis pasajeros puedan centrarse en sus propios objetivos».