Cuando atracó mi yate en el puerto de Cannes, estaba ansioso por impresionar a mis tres inversores australianos con el encanto de la Riviera Francesa. Esperando conseguir una velada memorable, le pedí a mi asistente que reservara una cena en el exclusivo restaurante JAN, y que organizara también los traslados hasta Niza.
En menos de veinte minutos llegó nuestro chofer, Serguei, con una reluciente Mercedes Clase V. Aparcó justo delante del yate, mostrando en todo momento una actitud profesional y educada. Durante el trayecto hasta Niza pude hablar de negocios con mis inversores gracias a la comodidad y privacidad que ofrecía el vehículo.
La cena en el JAN fue extraordinaria, y su exquisita cocina mediterránea encandiló a mis invitados. A medida que avanzaba la velada, me di cuenta de que todavía no deseaban dar por concluida la noche. Le envié un mensaje de texto a Serguei, preguntándole si podía prolongar su servicio unas pocas horas más. Su respuesta llegó de inmediato: me aseguró que estaría a nuestra disposición todo el tiempo que fuera necesario.
Después de cenar, y confiando en los conocimientos locales de Serguei, le pedí que me recomendara un buen lugar para continuar la velada. Él sugirió Ma Nolan’s, un pub irlandés del casco antiguo, conocido por su ambiente relajado y tranquilo. Su elección resultó perfecta; pudimos disfrutar de unas cuantas horas más de diversión y risas antes de dar la noche por terminada y de que nuestro chofer nos llevara de vuelta al yate.
Mis invitados australianos quedaron cautivados por la experiencia, y fue en gran parte gracias al servicio atento y generoso de Serguei. Logró sin duda mejorar nuestra velada y añadir todavía más encanto a la ya de por sí atractiva vida nocturna de la Riviera Francesa.
«Es un privilegio poder contribuir a que una experiencia sea inolvidable. Ver la satisfacción en la cara de mis pasajeros es la parte más gratificante de mi trabajo».