Mi mujer y yo habíamos pasado dos semanas celebrando nuestras bodas de oro en un crucero por los fiordos noruegos. A su finalización desembarcamos en el puerto de Róterdam a primera hora de la mañana, y como nuestro vuelo de regreso a Estados Unidos no despegaba hasta la noche, teníamos todo el día por delante. Unos amigos que habíamos conocido durante el crucero querían hacer una excursión en grupo a Ámsterdam, pero nosotros buscábamos una experiencia más personalizada. Llamé a nuestra agencia de viajes para reservar una excursión privada de día completo, y justo después del desayuno, nuestro chofer Ton se presentó en un hermoso y elegante vehículo Mercedes.
Ton demostró tener grandes conocimientos de la zona, fruto de más de tres décadas de experiencia, y mientras conducía con habilidad hasta Ámsterdam compartía con nosotros historias fascinantes y datos históricos sobre la ciudad. Su actitud tranquila y confiada nos hizo sentir seguros y bien atendidos durante todo el trayecto. Al entrar en Ámsterdam, quedamos cautivados por la belleza de sus canales, el bullicioso parque Museumplein y la grandeza de los principales museos de la ciudad, todo ello desde la comodidad del interior del vehículo.

Por la tarde, Ton nos guio por el pintoresco barrio de Jordaan, famoso por sus callejuelas, sus pintorescas galerías y sus tiendas. Siguiendo sus excelentes recomendaciones, disfrutamos del encanto y la autenticidad de la zona, pudiendo descubrir pequeñas joyas ocultas. La pasión de nuestro chofer por el carácter único de su ciudad brillaba en cada detalle que compartía con nosotros.
Antes de dirigirnos al aeropuerto, Ton nos llevó al Bloemenmarkt, el mercado flotante de flores, donde nos maravillamos con la hermosa variedad de flores y plantas, un final muy apropiado para nuestro día en Ámsterdam. El ambiente y el colorido del mercado nos ofrecieron una instantánea perfecta del encanto de la ciudad.
De vuelta a Schiphol, agradecimos a Ton su excepcional servicio y el genuino entusiasmo que mostraba por su ciudad. Pasamos un hermoso día en Ámsterdam, un broche de oro para nuestras vacaciones en Europa que nos regaló unos maravillosos recuerdos.

«Es un placer guiar a los pasajeros por Ámsterdam. Al compartir la historia y las joyas ocultas de la ciudad, y ver su satisfacción, recuerdo por qué amo lo que hago».